El empresario como inversor tiene que buscar la máxima rentabilidad a su inversión. En empresas familiares, además, muchas veces el patrimonio está muy vinculado al negocio ...
Desde 1972 en NORGESTION hemos venido prestando asesoramiento de Corporate Finance a empresas de todo tipo y en muy diferentes sectores. En este artículo tratamos de sintetizar parte de nuestro conocimiento y experiencia para dar respuesta a la pregunta de cuáles son las razones para comprar o vender una empresa.
Sin ánimo de ser exhaustivo, agrupamos una serie de razones desde una distinta óptica:
Las razones para comprar o vender una empresa son diversas. En este apartado comentaremos algunas de ellas.
El empresario como inversor tiene que buscar la máxima rentabilidad a su inversión. En empresas familiares, además, muchas veces el patrimonio está muy vinculado al negocio y el empresario puede tener poderosas razones para abordar el proceso para vender una empresa. Analicemos ahora algunas de ellas:
Éste puede ser uno de los motivos principales para un empresario. La continua capitalización del negocio y la política de dividendos supeditada a fortalecer a la compañía hace que el patrimonio familiar esté sustancialmente “enterrado” en la compañía. La edad y otras razones pueden aconsejar “cosechar” la inversión mediante la venta del negocio para hacer líquido dicho patrimonio.
La sensación de tocar cumbre puede ser otra razón que anime al empresario a vender su compañía al considerar que le faltan medios financieros, organizativos o técnicos para continuar en el proyecto.
Porque, si la cumbre se ha alcanzado pero la siguiente cima resulta complicada puede ser un buen momento para pasar el testigo a un tercero que consolide más el trabajo ya hecho porque dispone del espíritu y medios adecuados.
La sucesión familiar siempre aparece ya sea en su segunda o tercera generación. Y a veces no hay un sucesor que quiera liderar el proyecto o la fragmentación del capital es muy superior a la dimensión del negocio. Por este motivo parece ineludible buscar una nueva concentración accionarial.
Los conflictos accionariales a veces surgen y a menudo se trasladan imprudentemente al negocio al existir relaciones propiedad-trabajo-familia. La solución más práctica puede consistir en resolver dicho conflicto mediante:
La compra o venta de una empresa es una operación compleja (distintos enfoques y conocimientos) y extraordinaria (por su singularidad y excepcionalidad) que exige un buen asesoramiento. El propietario que vende su empresa normalmente no tiene experiencia en este tipo de transacciones. Es algo que desconoce cómo afrontar. Además, es conveniente que no se involucre totalmente en la negociación porque existe el riesgo de que se distraiga de la gestión diaria del negocio.
Contar con un buen asesor que le ayude en una decisión tan estratégica parece evidente si se quiere reducir riesgos y maximizar el éxito de la operación.
Sin confianza no puede haber asesoramiento. Por este motivo, el empresario debe saber escoger un buen asesor que al menos debiera tener el siguiente perfil:
Lo que es ajeno y desconocido para el cliente no lo debe ser para el asesor quien está familiarizado con estas transacciones.
El enfoque jurídico es insuficiente y limitado. La compra o venta de una empresa requiere un conocimiento empresarial, económico, fiscal y por supuesto jurídico. Quien quiera realizar una transacción de este tipo debiera pensar en un asesor. Este asesor deberá aportar una experiencia y conocimiento multidisciplinar. Este conocimiento y experiencia difícilmente puede ser prestado exclusivamente por un abogado.
En una economía globalizada el factor internacionalización es básico. El asesor debe disponer de medios para hacer y buscar potenciales gestiones más allá de sus propias fronteras, tanto en ámbitos industriales como financieros.