Entrevista de Lucas Irigoyen de Mendizabal en EL CORREO a Jose Antonio Barrena, presidente de NORGESTION.
El Correo.- Lucas Irigoyen de Mendizabal.- 15/04/2024.- "Alerta de que han crecido las refinanciaciones de las empresas y recuerda que la bajada de tipos no evitará que la deuda siga siendo cara en este 2024"
Cincuenta años asesorando en la compra de empresas, diseñando operaciones de financiación con banca, fondos y emisiones de deuda, así como prestando servicios de gestión. Es un bagaje que da una perspectiva más que cualificada para analizar la economía en Euskadi. Ese es el recorrido que acumula NORGESTION, una firma que nació en Gipuzkoa y que se ha convertido en referente en el País Vasco con oficinas también en Madrid, Barcelona, Pamplona y 90 trabajadores.
José Antonio Barrena acaba de llegar a la presidencia de la firma y ve esperanzado un 2024 que cree que será bueno para la banca de inversión con bastantes compras de empresas. Destaca además que el encarecimiento de los tipos de interés ha disparado la refinanciación de la deuda empresarial y alerta sobre las repercusiones del absentismo y la conflictividad laboral en Euskadi, ya que pueden alejar a los inversores.
Llega a la presidencia de la compañía 20 años después de entrar a trabajar ¿Es un mensaje ante la falta de perfiles profesionales?
Es la prueba de que esa sensibilidad existe en nuestra gestión. Las compañías tenemos no solo que atraer talento, sino retenerlo. Es uno de los principales objetivos en este momento para nosotros: incorporar a gente joven con ganas de crecer, de hacer carrera dentro de la casa.
¿Y cuáles son el resto de objetivos?
Estamos asesorando entre 15 y 20 operaciones de compra de empresas al año y queremos superarlas, especialmente en los tamaños, para ser uno de los principales agentes nacionales para operaciones de entre 20 y 200 millones. Nuestro objetivo es estar más presentes en la banca de inversión. Eso junto a la digitalización y seguir desarrollando nuestros servicios de gestión y consultoría fiscal y mercantil.
¿No se han frenado de modo general las compras y entradas de fondos en empresas?
Sí, en 2023 en Europa esas operaciones han decrecido entre un 20% y un 30%. Los fondos de inversión han levantado la financiación para invertir a menor ritmo de lo previsto porque, con los tipos de interés altos, los inversores tienen otras alternativas en la renta fija. Pero hemos demostrado ser competitivos aprovechando el trabajo que teníamos avanzado y cerrando un año cercano a nuestro récord de operaciones.
¿Han sido ventas o entrada de capital en firmas con problemas?
No, la mayoría han sido compañías sanas. Clientes nuestros que querían adquirir otras empresas o que tenían una oferta de un fondo para entrar en su accionariado. No se trataba de situaciones complicadas.
La subida de tipos de interés cómo ha influido a las empresas?
El número de operaciones de refinanciación ha crecido muchísimo porque se ha notado el impacto de los créditos que avaló el ICO para hacer frente a la pandemia. El año pasado cerramos más de 30 proyectos de este tipo y en este 2024 no serán menos. Algunas empresas con cierto grado de apalancamiento tienen que afrontar el coste de una deuda que antes era del 0% y ahora del entorno del 5%. Eso se nota.
¿Qué disposición han encontrado en los bancos?
La banca está siendo flexible llegando a acuerdos con bastante flexibilidad. Estamos sacando el 90% de las refinanciaciones con normalidad.
¿Espera que el Banco Central Europeo inicie la bajada de tipos antes de verano?
Hay dos corrientes. Una, más optimista, que habla de un arranque de verano con bajada de tipos y con dos o tres ajustes de un cuarto de punto en 2024. Y, por otra parte, quienes creen que la inflación estará en el 3% impidiendo un movimiento importante en los tipos. En cualquier caso, la deuda seguirá estando cara respecto a lo que teníamos en años anteriores. En el caso de empresas con volúmenes importantes, y que no estén en un buen momento de su ciclo económico, pueden tener problemas.
Entonces, a pesar de la caída de precios de la energía y la previsible bajada de tipos ¿el 2024 puede no ser tan bueno?
Quitando esas empresas muy endeudadas, hay condiciones que nos hacen ser optimistas respecto al comportamiento de las compañías. Las materias primas y la energía están bajando de forma significativa y eso está llegando al mercado. Además, no está habiendo paro y España seguirá creciendo entre un 1,5% y un 2% a pesar de la desaceleración.
Y en Euskadi, ¿comparte que hemos perdido relevancia económica en el conjunto del país?
El peso de Euskadi en el PIB nacional ha descendido algo en estos años, pero creo que el País Vasco es un polo de atracción de inversión. Las empresas están saneadas, además, se ha reinvertido y tecnológicamente están preparadas para ser más eficientes.
¿En qué se debe mejorar para recuperar ese peso?
El riesgo es que tenemos los salarios más elevados, las jornadas más cortas, el mayor absentismo y la mayor cantidad de huelgas de España. Cualquier consultor estratégico nos diría que eso no es sostenible. Es algo que puede provocar que el foco de la inversión se mueva de Euskadi a otras zonas. Los inversores hoy son globales. Para mí ese es el principal problema, junto al demográfico, y que no está sucediendo en otras zonas de España.
Este año las haciendas forales afrontan la reforma fiscal, que se prevé más bien limitada. ¿Nos hemos dormido?
No se puede olvidar el papel de Europa para igualar las reglas fiscales. Pero sí da la sensación de que a veces no somos lo dinámicos que pudiéramos ser. Tiene todo el sentido que pudiéramos ayudar fiscalmente a quién invierte en personas, en medios, en comprar una compañía.
Las fundaciones de Kutxabank tienen mil millones para invertir y el Gobierno vasco otros 500 en fondos para empresas ¿Estamos desperdiciando recursos?
El Gobierno ha mostrado su intención de fomentar esas inversiones. Es necesario y loable. Y las fundaciones propietarias de Kutxabank me consta que están buscando la fórmula para acompañar a los planes decrecimiento empresarial. Pero me parece importante recordar que lo público no debe liderar las inversiones, sino coinvertir, acompañar y ayudar a la acción privada.
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