"La burbuja y la memoria frágil", por Óscar Sánchez, Socio Director de NORGESTION

DV. Tribuna de opinión.

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3/5/2015

La reflexión sobre la fragilidad de la memoria no es nueva en ningún ámbito de la vida, si bien aquí nos vamos a referir al mundo económico y financiero, tan proclive últimamente a ofrecernos noticias positivas que no deben cegarnos ni llevarnos a repetir errores pasados.

Aunque la actividad económica y el empleo se encuentran todavía por debajo de los niveles de 2007, la percepción de muchos ciudadanos no es esa. La extraordinaria liquidez y tipos de interés bajos que aportan los bancos centrales, la sensación que se crea de que todo ha "tocado fondo", la recuperación (ligera pero recuperación al fin y al cabo) del mercado inmobiliario, la bolsa americana en máximos históricos, las expectativas creadas alrededor de ciertos sectores tecnológicos y de la recuperación de otros más tradicionales, etc., nos hacen pensar que todo lo peor ha pasado y contribuye a que olvidemos errores recientes que han afectado a la economía de todos nosotros

Así, nos vienen a la mente los años de la burbuja tecnológica en la que cualquier negocio por "apellidarse" puntocom, ya era un gran negocio y, no se crean, no ha pasado tanto tiempo, o los años de la borrachera inmobiliaria en la que quien no especulaba con inmuebles era un infeliz, o lo fácil que era ganar dinero en bolsa (el maldito corrector automático me ha escrito "bolas", que no es lo mismo pero, pidiendo disculpas por utilizar esta algo procaz expresión, es como se quedaron algunos que no tuvieron suerte).

El toque de atención para el común de los mortales (es decir casi todos nosotros) está en que estos mercados son mercados altamente profesionalizados, a cuyas rachas a veces nos apuntamos con éxito y otras nos apuntamos tarde, mal y sin conocimiento o información. Es decir, no es tan fácil como a veces parece

Así, en lo referido al mercado inmobiliario y a su profesionalización, recuerdo una anécdota de un importante empresario del sector que me contaba que, antes de que empezara la crisis, él identificó un gran fondo inmobiliario británico que ya estaba vendiendo propiedades radicadas en España y eso le extrañó mucho, porque "era evidente que se equivocaban". Al poco tiempo se demostró quién estaba equivocado. Como nuestro empresario no tiene una memoria frágil y sobre todo tiene la habilidad de aprender de los demás, observó pasados unos años, antes de que todo el mundo comenzara a hablar de la recuperación, que ese mismo fondo, estaba volviendo a adquirir propiedades inmobiliarias en España, y eso, antes de la "masificación" de la recuperación económica. Eso es información y experiencia

Hay algunos sectores en los que está volviendo a ocurrir lo mismo que aconteció al inicio de este siglo (¡qué lejos y que cerca!) y me atrevo a llamar a la prudencia y a advertir sobre el peligro de las burbujas. Nos encontramos hoy, de nuevo, ante un mercado imparable donde las nuevas ideas y negocios fluyen con gran agilidad y celeridad y en el cual es muy importante ser uno de los primeros en posicionarse

Asumido lo anterior, la duda que se plantea es si nos encontramos de nuevo ante la creación de unas expectativas demasiado altas, es decir una burbuja, especialmente en algunos sectores de moda (y como tal con riesgo de explotar), con valoraciones quizá excesivamente altas para negocios que todavía no son capaces de generar beneficios

"No es oro todo lo que reluce", y al calor de este "boom" se desarrollan algunos negocios que poco o nada aportan a la consolidación de nuestras economías (y que poco durarán) y se eleva a categoría de genios a promotores cuyas ideas y capacidad quizá resulten ser no tan geniales. Por ello, y al igual que ocurriría con otros negocios, se producirá un fenómeno muy simple y repetido hasta la saciedad en la historia económica: sólo quedarán los buenos

¿Qué entendemos por "los buenos"?. En este caso la respuesta sí es simple, "los buenos" son, igual que en cualquier sector, las buenas ideas acompañadas de buenos gestores, es decir, aquellos capaces de desarrollar negocios con visión de medio plazo y con capacidad de acción en el corto.

Por lo tanto y como conclusión podemos afirmar que efectivamente se está produciendo un boom, que ciertamente existe un componente de moda en la economía, que en ocasiones se sobrevaloran negocios o ideas, y hemos de afirmar que para evitar burbujas hay que apoyar las ideas y el sentido común de promotores serios con un Plan de Negocio debidamente estructurado (condición importante ya que de momento no tenemos un medidor que identifique cuales son las buenas ideas). Éstos son los líderes capaces de hacer crecer sus negocios exponencialmente y de consolidarlos, porque, como hemos dicho anteriormente, pasados los momentos de euforia quedarán los buenos y no es fácil identificarlos.

La única vacuna contra la burbuja es actuar con prudencia y no dejarnos llevar por modas, y eso a la mayoría de nosotros, que no tenemos ni tanta información como nuestros amigos del fondo inglés, ni la genialidad del empresario tecnológico, nos debe llevar a pensar dos veces antes de lanzarnos al vacío porque los gases de la burbuja no amortiguan la caída.

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